Ante un nuevo 8M, como abogadas laboralistas latinoamericanas queremos expresar una multiplicidad de sensaciones y pensamientos que nos atraviesan.
Por un lado, somos conscientes que gracias a las luchas de los feminismos hemos logrado visibilizar y poner en agenda nuestras principales reivindicaciones. Por el otro, constatamos diariamente que a nivel estructural mucho no se ha transformado a lo largo de los siglos en nuestra región, lo que nos provoca rabia. Inclusive, en algunos aspectos, vemos un retroceso, especialmente después de la pandemia.
Dos son los nudos centrales de las desigualdades y asimetrías entre los géneros: las múltiples violencias que como mujeres y diversidades sufrimos en el marco del sistema capitalista de producción y patriarcal; y por el otro, la asignación implícita de los trabajos de cuidados, conforme roles y estereotipos de género.
Frente a las violencias en sus múltiples formas, decimos basta y plantemos la plena operatividad de lo establecido en el Convenio 190 OIT y la urgente ratificación por los Estados que aún no lo han hecho. Dicho Convenio obliga a los Estados, empresas y sindicatos, a adoptar todas las medidas posibles para su prevención y erradicación, desde un enfoque interseccional. Las violencias y las discriminaciones no se soportan más, ante ello, seguimos planteado: Ni una trabajadora menos!
El trabajo reproductivo, necesario para sostener la vida, ha sido asignado a las mujeres e identidades feminizadas, cuestión que se ha naturalizado. Esta división sexual del trabajo, mediante la cual mujeres y diversidades tenemos que cargar con el deber implícito de cumplir con una “doble” o “triple jornada”, en forma gratuita y no remunerada, opera como condicionante para el acceso al empleo y al goce de los demás derechos laborales. Asimismo, nos quita tiempo para el disfrute y realización de nuestros deseos, afectando nuestros cuerpos y salud.
Por eso la huelga feminista. Paramos frente a las asimetrías estructurales que nos atraviesan, a que cada día trabajamos más pero con menos derechos y sin formalización. A que la brecha salarial y de ingresos se incrementa. A que accedemos a puestos laborales con bajos salarios, precarizados, en sectores vinculados también a los cuidados, sin estabilidad y con jornadas intermitentes, por temer qie sostener el trabajo reproductivo en nuestros hogares. Asimismo, en ocasiones, si accedemos a puestos jerarquizados muchas veces se nos exige sacrificar la maternidad.
Como dice la Corte Interamericana de Derechos Humanos en la Opinión Consultiva 27/21, es condición para la participación sindical de las mujeres en las distintas instancias organizativas y puestos de dirección, en la negociación colectiva y para ejercer la libertad sindical, que exista una redistribución de los trabajos de cuidado y los demás actores se involucren.
Por todo ello, desde la ALAL nos sumamos a la conmemoración de este 8M, convocamos a las distintas movilizaciones y a la huelga en defensa de los derechos de las mujeres trabajadoras y diversidades.
Se firma en América Latina a los 8 días del mes de marzo de 2023.
Asociación Latinoamericana de Abogadas y Abogados Laboralistas